
El encabezado implica dos verdades:
* El Espíritu Santo es una Persona realmente distinta como tal, del Padre y el Hijo;
* El es Dios y consustancial con el Padre y el Hijo.
La primera afirmación es directamente opuesta al Monarquianismo y al Socinianismo; el segundo, al Subodinacionismo, a diferentes formas de Arianismo y en particular al Macedonismo. Los mismos argumentos sacados de las Escrituras y la Tradición, pueden ser usados generalmente para probar cualquiera de las afirmaciones. Sin embargo, nosotros mostraremos las pruebas de las dos verdades juntas, pero primero daremos atención especial a algunos pasajes que demuestran más explícitamente la distinción de personalidad.
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