viernes, 21 de mayo de 2010

El Espíritu Santo y la vida cristiana





A partir del Bautismo, el Espíritu divino habita en el cristiano como en su templo. Gracias a la fuerza del Espíritu que habita en nosotros, el Padre y el Hijo vienen también a habitar en cada uno de nosotros.

El don del Espíritu Santo es el que:

*nos eleva y asimila a Dios en nuestro ser y en nuestro obrar;
*nos permite conocerlo y amarlo;
*hace que nos abramos a las divinas personas y que se queden en nosotros.

No hay comentarios: